REORGANIZAR
LA DINÁMICA FAMILIAR.
La
familia del afectado do TDA/H suele sentirse agobiada por el problema, sin
capacidad de respuesta. Es necesario realizar sesiones dedicadas a reorganizar
la dinámica de la vida familiar. El objetivo será reconstruir el sentimiento y
la vivencia de seguridad en el adolescente.
Esta
se constituye a partir de la demostración de afecto, la tolerancia, la
estabilidad y la autoridad.
Debido
a que el niño con TDA/H ha crecido en un ambiente en que han dominado las
presiones, los castigos y el rechazo hacia su conducta, la demostración de
afecto será un primer paso hacia su seguridad. El afecto supone una actitud
interna de aceptación del hijo, independientemente de su conducta. El niño y el
adolescente debe sentirse querido por sus padres. Así puede potenciar su
autoestima.
El
afecto se basa en el reconocimiento y valoración de las acciones positivas. Un
recomendación que suele dar resultado es que los padres anoten en un cuaderno
las acciones positivas que realiza su hijo a lo largo del día. Ellos mismo van
a se los primeros en quedar sorprendidos.
-No
se vale una actitud de sobreprotección
La
tolerancia huye del perfeccionismo e invita a no intervenir constantemente en
las vidas del niño y del adolescente con TDA/H. Conviene establecer diferentes
categorías de conductas y situaciones, teniendo en cuenta que “existen cosas
poco importantes, cosas importantes y cosas muy importantes” Hay que evitar
estar siempre encima del hijo con expresiones que demuestren desaprobación y
pesimismo.
Mantener
la estabilidad puede se difícil para unos padres agobiados por el problema del
hijo con TDA/H. Pero mantener la estabilidad va a ayudar al niño a controlar su
tendencia a la inestabilidad. La estabilidad supone coherencia en lo
fundamental, de manera que los criterios a seguir deriven de un proyecto
educativo y no del humor del momento.
La
estabilidad debe estar presente también en el ambiente, de manera que
exista un ritmo de vida cotidiano
repetitivo, con las mismas rutinas.
El
ejercicio de autoridad de kis oadre genera seguridad y se basa en la
construcción de yba familia normativa. Las normas deben ser claras, precisas y
conretas. Conviene recordar también que el ejercicio de la autoridad conlleva a
desarrollar la virtud de la prudencia: habrá que saber exigir el cumplimiento
de todo aquello que se mande.
Actitudes
educativas a los padres:
1.-
Comprender su trastorno. Es decir, comprender su impulsividad, su facilidad
para despistarse y el incumplimiento de órdenes a pesar de las reiteradas
promesas de cambio.
2.- Vivir el presente. Como si cada día se
empezara de nuevo Conviene establecer
unas metas simples y concretas, a corto plazo. Conviene recordar que el
adolescente con TDA/H olvida fácilmente.
3.-
Establecer las directrices educativas, de manera clara y constante. Habrá que
favorecer a educación responsabilizadora más en función de su grado de madurez
que de su edad cronológica.
4.-
No dejarse contagiar de su inquietud. Los padres deben saber que la educación
de un niño o un adolescente con TDA/H cansa y agota. Pero que la efectividad de
las actitudes educativas va a depender de la conducta adulta que los padres
consigan mantener.
5.-
Ni los castigos ni los premios han demostrado ser efectivos en el manejo del
niño con TDA/H, aunque pueden estar justificados en algunas ocasiones. Las
amenazas de castigo o las promesas de premio son aun más ineficaces.
6.-
Organizar la rutina y los horarios de la vida cotidiana en casa para los días
laborales y también para los fines de semana.
7.-
Descubrir aquellas actividades del hogar que puedan resultar más relajantes
para el niño y para sus padres, Favorecer aquellas actividades que reduzcan la
tensión ambiental.
8.-
Descubrir aquellas actividades del hogar que puedan resultar más relajantes
para el niño y para sus padres. Favorecer aquellas actividades que reduzcan la
tensión ambiental.
9.-
Controlar y mantener la propia angustia y no depositarla en el hijo.
10.-
Educar la autoestima.
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